Luchando con la procrastinación

El alma del perezoso desea pero nada consigue, mas el alma de los diligentes queda satisfecha.- Proverbios 13:4

¡Ay la alarma que suena cada mañana y el famoso botón de "snooze"! Procrastinar, posponer, dejar para después. Todos luchamos con esto. TODOS. "Get things done" es la meta diaria más común en el mundo entero. Sea por las tareas básicas en nuestros empleos, los compromisos mensuales o las cosas que Dios nos MANDA a hacer, pecamos con la procastinación. Pero, ¿Qué es la procrastinación? Me sorprende la cantidad de personas que no conocen el término. Y digo que me sorprende porque es un pecado con el que luchamos a diario. Según la RAE:

Se trata de la tendencia y el resultado de procrastrinar, es decir, de demorar, retardar o retrasar algo.

¿Vas entendiendo? Decir que somos culpables de aplazar las cosas es muy común hoy en día, tanto que aveces lo tomamos de relajo y aunque parezca ser algo muy diminuto, la verdad es que la forma en que administramos nuestro tiempo revela mucho acerca de nosotros. Soy mil veces culpable de esto. 12 días han pasado del nuevo año y hay cosas que decidí iniciar y todos los días encuentro una "excusa" para no hacerlo diciendo que no tengo tiempo. Pero estoy 100% convencida de que la falta de tiempo no influye en lo absoluto. ¿Qué sucedería si en lugar de ver TV, entrar a Facebook o chatear por Whatsapp, dedicara ese tiempo a hacer lo que tengo que hacer? Sin dudas, la procrastrinación no fuera problema. Si Dios nos ha dado 24 horas al día, podemos confiar con los ojos cerrados que esa cantidad de horas es más que suficiente para cumplir con nuestros deberes.Es tiempo de reconocer que es un mal hábito que nos gobierna, es un estilo de vida egoísta, indisciplinado e incompatible con la vida cristiana. Si soy hija, comprada con sangre, y sierva de Cristo, cada minuto de mi tiempo le pertenece y por ende, yo no tengo el derecho de desperdiciar lo que no es mío.

Como siervo de Cristo mi tiempo le pertenece y no puedo desperdiciar lo que no es mío.

¿Qué dice la Biblia?Hay muchos pasajes en el que encontramos lo peligroso de la procrastinación como son:

  • Proverbios 13:4 - El alma del perezoso desea, pero nada consigue, mas el alma de los diligentes queda satisfecha.

  • Proverbios 12:24 - La mano de los diligentes gobernará, pero la indolencia será sujeta a trabajos forzados

  • Proverbios 20:4 - Desde el otoño, el perezoso no ara, pide en la cosecha, y no hay nada

  • Efesios 5:15-17 - Por tanto, tened cuidado cómo andáis; no como insensatos, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos

  • Romanos 7:20-21 - Y si lo que no quiero hacer, eso hago, ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí. 21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo la ley de que el mal está presente en mí

Pero el libro de Hageo trata específicamente de una procrastinación que duró largos años, es una gran lección de que tener prioridades erróneas sólo conducen al fracaso. Esta fue una época de la restauración nacional, un momento en que Judá regresaba a su patria después de años de exilio donde fueron encomendados a reconstruir el Templo. Pero dedicaron más tiempo y esfuerzo en construir sus propias casas, la siembra y la cosecha, lo que hizo que el templo quedara incompleto y sin uso.  Este retraso se convirtió en semanas, meses y años, haciendo que el Templo quedara en ruinas. Todo por dilatarse en el obedecer al mandato de Dios. ¿Haz prestado más atención a tus cosas personales llevándote a ser negligente con las cosas importantes como predicar el Evangelio, orar o leer la Palabra?

PRIMERO LO PRIMERO

Hacer una cosa a la vez, esa es la clave. Pero no sin antes hacer una lista de prioridades. A menudo, pensamos que somos multi-tasking y queremos hacer muchas cosas al mismo tiempo. En mi caso, me ha funcionado hacer lo siguiente:

  • ORAR: Si. Pídele a Dios que te de sabiduría y discernimiento para poder priorizar las cosas que debes hacer, recordando en todo momento lo que dice Juan 15:5:

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.

  • Haz una lista de 3 tareas importantes e imprescindibles por día: Es aquí donde comenzarás a crear el hábito de priorizar. Al escribir lo que no puedes dejar de hacer enumerándolos del más importante / urgente al que más puede esperar, podrás enfocarte en terminar y hacer lo que te toca sin sentir culpa de que quedó algo no importante que hacer.

  • Ponle tiempo límite: Puedes usar el timer de tu celular o inténtalo con FocusBooster, una aplicación disponible para Windows y Mac, con la que puedes programar un tiempo específico a cada tarea y esta te avisará una vez haya terminado el tiempo asignado.

  • Revisa tu lista de pendientes y continúa con la que te quedaba próxima. Cuando termines asegúrate de levantarte, tomar agua o hacer algo que pueda ayudarte a relajarte por un momento.

  • Repite los mismos pasos con la próxima tarea hasta terminar tu lista.

Una vez hayas terminado, ve ante Dios en acción de gracias por permitirte terminar tus tareas o labores del día y si no pudiste terminar alguna, no te afanes. No puedes agregarle ni un codo a tu estatura ni un minuto a tu día ( ), cada día trae su propio afán. Al día siguiente podrás retomar donde te quedaste siempre recordando:

¡ TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE!

¿Te sientes identificado(a)? ¿Cómo luchas con la procrastinación? ¡Comparte tu opinión en los comentarios!

Anterior
Anterior

¿Qué hacemos con Instagram? Explicando sus nuevos cambios

Siguiente
Siguiente

Las redes sociales, el pecado y mi necesidad de Cristo